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¿Porqué se fue el Tianguis?

(Artículo editorial)
La decision de la secretaria de turismo federal Gloria Guevara Manso, respaldada por el presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa, de sacar la realización del Tianguis Turístico de México del Puerto de Acapulco se fue gestando en una serie de acontecimientos, algunos fuera del control de las autoridades locales, otros, al manos mal manejados por éstas. Sin embargo parece más una medida impulsiva que una meditada, una decision personal más que una acción de largo aliento y pensando en el desarrollo de la industria turística en el “Año del turismo.

Guevara Manso venía de malas a Acapulco pues en los días previos había estado recibiendo señalamientos del alcalde del Puerto, Manuel Añorve Baños, que le recriminaban en la prensa por su mala atención hacía este balneario de playa y su marcada preferencia hacia otros destinos. Tan venía de malas que ella habló por teléfono con el titular de Sefotur, Ernesto Rodríguez Escalona a quien le preguntó qué estaba pasando; éste no hizo más que pasar el comentario al primer edil de Acapulco.

Luego vino la cuestión de la inseguridad en el puerto. Justo a la misma hora que el Presidente Calderón inauguraba la 36 Edición del Tianguis, hombres a bordo de una camioneta lanzaron tres cuerpos amordazados justo a las afueras de una tienda de autoservicio, que se encuentra a unos metros de la Diana Cazadora del puerto y a menos de 1 kilómetro y medio del Centro de Convenciones de Acapulco, donde se realizaba el acto oficial. A menos de cien metros había soldados dizque blindando Acapulco y con retenes por todos lados.

La respuesta del gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, no pudo ser más inoportuna: sostuvo que es inevitable vigilar cada esquina de Acapulco, incluso durante eventos de relevancia. "No hay un policía por cada ciudadano. Guerrero tiene 3 millones de ciudadanos, no hay lugar donde haya una seguridad por cada quien. Los criminales actúan de manera cobarde y sorpresiva, no podemos estar atrás de cada uno", sostuvo.

Adicionalmente, la noche del sábado, la SIEDO provocó un enfrentamiento con criminales al realizar un operativo contra la trata de personas, en un condominio de la zona tradicional de Acapulco, muy cerca de donde periodistas y asistentes al Tianguis Turístico que se encontraban en el club de Yates, degustaban un coctel, siendo testigos de los hechos y quedando atrapados de aquel lado de la ciudad.

A ello se debe sumar el hecho de que durante los tres días que duró el Tianguis en este puerto se intensificaron los trabajos para concluir el distribuidor vial de Puerto Marqués, porque el gobernador saliente quería a fuerza inaugurarlo él antes de dejar el poder y eso motivo tales embotellamientos que algunos asistentes al Tianguis hospedados en la zona Diamante no llegaron al evento y mejor se regresaron a sus hoteles; por el contrario algunos que estaban en el evento al regresar a sus hoteles en la zona Diamante no podían pasar.

Ya con eso la titular de Sectur estaba muy molesta, el presidente de la República que trinaba, a tal grado que tuvo una reunión a puerta cerrada en las instalaciones de la zona naval militar de este puerto, donde se vio a un Felipe Calderón colérico regañar a los mandos de la Armada de México, así como de la región militar y a los jefes policiacos locales prácticamente les exigió que se definieran: Estaban del lado del país o con los narcos, e incluso a partir de esa fecha, se sabe que los mandos medios de la policía local reportan a la Armada de Mèxico y no a sus máximos jefes locales.

En tanto, según versiones que circulan en la ciudad de México, una secretaria de turismo local reclamó a un personaje que no conocía, el que ocupara un asiento en el presidium de un evento de empresarios en el Tianguis, le dijo que ese era su lugar no de él. El hombre se retiró con cortesía. Era nada menos que un representante de Carlos Slim, uno de los hombres más poderosos de este país.

En ese escenario se tomó la decisión de sacar el Tianguis de Acapulco y el presidente fue más explícito en su discurso al venir a dar el banderazo de salida al buque escuela Cuauhtémoc, al señalar que regresaría cuando se depuren las policías pero admitir que ayudaría a convencer a los empresarios que pidieron que se fuera, para que acepten que regrese. No fue una decisión pensada, fue una decisión tomada en un momento de desesperación presidencial al ver que ni con todo su ejercito y su aparato de inteligencia en Acapulco pudo frenar la ola de asesinatos que ocurren ya de manera cotidiana en el puerto y por tanto no puede garantizar seguridad a los empresarios que acuden a éste.

En su discurso durante la zarpada del buque escuela, sin embargo, Calderón Hinojosa habló de cuestiones que si bien son verdad para él, para los acapulqueños son mentiras: Del apoyo para el saneamiento del puerto. El asunto es que si bien es cierto que su gobierno autorizó los recursos, no supervisó su uso, de tal manera que si bien esos recursos se ejercieron, el hecho es que las plantas tratadoras supuestamente rehabilitadas no funcionan y los colectores por los cuales se pagó no operan, no están conectados, ni siquiera terminados. Y los responsables de ello no han sido ni siquiera llamados a cuentas.

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