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  Arropamiento de Aguirre opaca     la labor de Humberto Salgado

Conspiraciones

 
 
Por Jorge Romero Rendón
 
     Que
Humberto Salgado Gómez es el funcionario de más experiencia, de mejor trayectoria y de mayor confianza del gobernador Angel Aguirre Rivero es irrefutable; pero que como secretario General de Gobierno
se ha visto opacado y hasta estorbado por su propio jefe, es un hecho que afecta la operación política del gobierno estatal.
     Existe entre algunos sectores la
idea de que don Humberto está siendo "arropado", bajado de perfil para contener la demanda de su destitución que han enarbolado aisladamente quienes siguen protestando por el asesinato de dos alumnos de Ayotzinapa el pasado 12 de abril.
     En la idea de que la cadena de mando estatal en materia de seguridad pública culmina operativamente en la Secretaría General de Gobierno (SGG) se ha tratado de hacer pagar los platos rotos también a don Humberto, exigiendo su destitución
y que se le investigue por presunta responsabilidad en los hechos, pero eso pudiera ser una exageración, una cacería de brujas sin sentido.
     Porque
la salida de Ramón Almonte y del autodenominado "mártir" de los asesinatos -pero acusado de ser un
torturador consumado- Alberto López Rosas sí se justificó en la medida en que ambos operaron el desalojo que salió mal, evidenciando más inexperiencia e incapacidad que verdadera saña asesina.
Ellos son los principales sujetos de investigación hasta donde debiera llegar la responsabilidad penal. Pues incluso se sabía que Salgado Gómez habría tenido problemas de salud durante la primera quincena de diciembre del año pasado.
     Sin embargo, el "arropamiento" aguirrista -francamente innecesario-
ha dejado fuera de operación a Humberto Salgado, quien es paseado diariamente por el gobernador para asistir a cuanto evento político y social se agende, con lo que la oficina del titular de la SGG luce tan vacía que ya la cubren telarañas.
     ¿De qué sirve que el responsable de la política estatal esté parado dos o tres horas detrás del gobernador en reuniones sociales de grupos como el ACA o del Cuicalli, sin más labor que escuchar a su jefe?
¿Para qué distraer al principal operador gubernamental, el que atiende los conflictos en uno de los estados más conflictivos del país,
para atestiguar cómo su jefe corta listones y acaricia chamacos en los rincones más lejanos del estado? Y por lo tanto
¿para qué debilitar la presencia, la fuerza, la representatividad y la credibilidad de Humberto Salgado Gómez ante la sociedad, al punto de que cuanto manifestante se expresa en las calles se lo saltan para exigir ver al gobernador?
¿O peor, para qué darle una fuerza soterrada a su segundo, Víctor Aguirre, que sí opera, que sí lleva la maleta llena de dinero, pero que es torpe y no ha sido capaz de desarmar ningún conflicto grave en el estado?
     ¿Porqué el gobernador no deja en paz a don Humberto y lo deja hacer lo que mejor sabe, como garante de la estabilidad política en Guerrero?
 

correo electrónico:

rendon59@gmail.com
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