Por JULIO ZENON FLORES SALGADO
(Comunicólogo)
DIAGNÓSTICO:
La poca transparencia con que se ha manejado hasta
ahora el presupuesto destinado a la adquisición de espacios publicitarios, así
como la comunicación política gubernamental, ha permitido generar una política
discrecional del manejo de los recursos lo que, por un lado, ha conducido al
aliento a una prensa con menos independencia, cuyas directrices informativas
obedecen a la búsqueda del impacto para agradar al poder en espera de
fortalecer o hacerse merecedor de un estímulo económico como reconocimiento o bien
en sentido contrario, para golpear con el fin de atraer la atención de éste y
conseguir que se le busque para acallarlo con dinero público y, por otro lado y
como consecuencia de esto, la política de comunicación se vuelve poco efectiva
y cada vez más cara al ayuntamiento y en cuanto llega a los límites permisibles
del presupuesto, todo se vuelve golpeteo que no sólo afecta al equipo político
que gobierna, sino también a la ciudad, que tiene en su imagen su oferta
principal para atraer turismo y por lo tanto ingresos y empleos. Ante ello, la
política de comunicación social del ayuntamiento no tiene más que actuar con
dinero o de manera contestataria, sin poder asumir la propia agenda de las
necesidades orgánicas propias de la comunicación política municipal.
En este círculo vicioso pierde Acapulco por la mala
imagen que se genera cuando el golpeteo y pierde el equipo gobernante, porque
no puede, salvo a altas tarifas, comunicar su propia memoria histórica, su
propia visión social, sus propias líneas hacia los ciudadanos a quienes tiene
necesidad de mantener informados y a quienes a través de la comunicación social
puede y debe incorporar a diversos programas de gobierno.
En tanto el manejo discrecional de los recursos
permite que algunos amigos del poder obtengan los mayores beneficios económicos
y se fortalezcan en detrimento de la pluralidad que debe prevalecer en los
medios de comunicación para que al ciudadano igual que al funcionario
gubernamental le llegue más de una versión, más de una visión y con ello
construir desde abajo una visión plural y democrática que a la larga fortalezca
la vida democrática municipal.
Por otra parte, es importante tener claro que la
información sobre asuntos turísticos de Acapulco deben ser manejados por el
municipio y deben formar parte de la política de promoción, por lo cual es
conveniente también atraer recursos del room tax o impuesto de hospedaje, para
lo cual habría que elaborar una iniciativa de ley para ser llevada ante el
congreso local, esto porque la imagen es un bien inmaterial de los
acapulqueños, de lo cual viven miles de familias al depender de la afluencia
turística.
Por ello es necesario también crear un área
específica, dentro de la comunicación general del ayuntamiento, destinada al
manejo de información e imagen turística, que se unifique con la política
global de relación con los medios según su nicho de impacto.
Esta área específica dependiente de la Dirección de
Comunicación social, debería monitorear la información turística relativa a la
marca Acapulco en los nichos de mercado y contrarrestar en los casos en que se
generen informaciones negativas y por el contrario lanzar líneas de difusión
comunes que puedan ser retomadas y fortalecidas por las áreas de comunicación y
relaciones públicas de los hoteles y de las grandes cadenas y consorcios con
intereses en el puerto.
El Ayuntamiento podría coordinar una especie de
consejo de encargados de comunicación y relaciones públicas de empresas tales
como el Princess, del Foro Mundo Imperial, del aeropuerto, de Protur, de la
Sefotur, de la AHETA, etc, así como con los voceros de los organismos públicos
federales que generan información que impacta en Acapulco, como Conagua, Salud,
Semarnat y Seguridad, de tal manera que se busque disminuir los efectos
negativos y se potencien los puntos positivos.
PROPUESTA:
Para romper el círculo vicioso actual y avanzar
hacia la reglamentación de la comunicación municipal propongo:
1.- Formar un equipo de comunicólogos,
juristas y legisladores, que analicen la normatividad nacional y estatal en la
materia, y aterricen una propuesta de reglamentación local acorde a los
lineamientos nacionales de transparencia y a las necesidades propias de
comunicación
2.- Crear otro equipo a partir de
comunicadores y politólogos que elaboren un análisis y den a luz una política
de comunicación social a partir de la visión política del nuevo equipo
gobernante, sobre la base de la consideración de la sociedad como un ente vivo
y actuante que también tiene necesidad de comunicar, además de ser escuchada y
atendida.
3.- A partir del producto generado por ambos
grupos de trabajo definir una línea de trabajo con cada medio de comunicación
en específico, definir costos promedio por línea ágata, por impacto auditivo o
audiovisual, así como por penetración en población por blogueros y redes
sociales locales, nacionales e internacionales.
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