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Zapata 21

Calificaciones, hay otros que no hacen ruido

Octavio Augusto Navarrete Gorjón

I

Para Roberto Ramírez Bravo. Con un abrazo en esta hora de dolor


Las calificaciones crediticias se pondrán de moda como un instrumento de evaluación de las administraciones gubernamentales. Aunque hoy aparecen como datos discretos que no hacen mucho ruido, llegará el momento en que estas mediciones formen parte del análisis político de corto, mediano y largo plazo.

La elección para gobernador de Guerrero de hace veinte meses fue el primer evento donde se tomaron en cuenta las calificaciones crediticias como un factor de toma de decisiones políticas. A los ocho meses de asumir el cargo, el alcalde Manuel Añorve recibió la primera calificación de la FitchRaiting. Las notas del municipio habían bajado debido al incremento del gasto corriente y del gasto en publicidad; aunque el dato verdaderamente terrorífico de ese primer reporte era la caída de los ingresos y del ahorro interno.

En la dramática caída de los ingresos pesó mucho el desplome del impuesto predial, que pasó de 201 a 141 millones de pesos. Se trató de una conducta inexplicable de los contribuyentes; normalmente, al presidente que sale se le caen los ingresos (porque la gente piensa, a veces con razón, que se los van a chingar). Pero este era el primer año del presidente Añorve y lo normal hubiera sido un incremento, aunque sea pequeño, de los ingresos, por la luna de miel que los mandatarios entrantes tienen con los ciudadanos.

La baja de los ingresos propios trajo como consecuencia el abatimiento del ahorro interno, que pasó de 35 al 16 por ciento en el periodo. Eso en términos nominales; en montos reales pasó de 541 a 154 millones; ya que mientras Félix Salgado tuvo Ingresos Fiscales Ordinarios de 1542 millones en su último año, la nueva administración sólo tuvo 940 millones por este concepto, una caída de más de un tercio del indicador más importante para una evaluación, en base al cual se calcula el flujo libre para servir deuda o realizar inversión, el Ahorro Interno.

A partir de esos datos, dos o tres periodistas publicaron análisis y dijeron en radio que si no se corregían las tendencias (como recomendaban las calificadoras), Añorve no tendría futuro como candidato a gobernador. A pesar de que los datos no tuvieron en los medios la cobertura que deberían haber tenido, la percepción de las personas que se informan por internet y que leen revistas serias era que la administración acapulqueña estaba en quiebra técnica. Tal vez el resultado electoral en Acapulco haya tenido que ver con ese dato; Añorve no ganó una sola casilla en el puerto y fue mejorando sus resultados a medida que la votación se alejaba del municipio.

II

Hoy tenemos campañas electorales que hacen demasiado ruido. La multitud de candidatos no nos permite evaluar con rigor a las administraciones salientes. En el caso de Acapulco es evidente que el obstáculo mayor que tiene el candidato del PRI, Fermín Alvarado, para alzarse con la victoria, es la pésima administración de Manuel Añorve. Ese es un dato duro, que incluso se asume en las campañas (tanto Luis Walton como Fermín hablan de "rescatar" Acapulco). Hoy no es sólo el peso de las malas calificaciones adquiridas, sino la enorme deuda municipal (que no se puede pagar en el corto plazo) y el hecho de que Añorve deje la administración para buscar otro hueso como diputado federal, mientras su esposa va en la lista segura de diputados plurinominales al congreso local.

En el resto de los municipios guerrerenses, la calidad de las administraciones salientes no se toma en cuenta; bien porque hayan dejado cuentas mas o menos buenas, bien porque los munícipes no se hayan metido a buscar candidaturas para otros puestos de elección. Veamos brevemente un estudio de caso.

Después de Acapulco, Coyuca de Benítez fue el municipio que tuvo la política financiera más agresiva (agresiva pero responsable, debería decirse, porque el endeudamiento acapulqueño fue producto de una gran irresponsabilidad institucional). La administración de Merced Baldovino Diego contrató préstamos por 42 millones de pesos utilizando las líneas de Banobras (31 millones, cuyo último vencimiento se tomará de una garantía por medio millón, el 2 de julio próximo). También contrató un préstamo de 5 millones con Banorte (tal vez utilizando el mecanismo de Línea de Crédito Global Municipal, instituido en el gobierno de Zeferino Torreblanca); obtuvo otro préstamo de Fortalecimiento Municipal por 4.6 millones para afrontar laudos laborales. Adicionalmente, el municipio contrató créditos de corto plazo con la banca comercial para afrontar el compromiso del pago de aguinaldos del año 2011. Todos los compromisos financieros del municipio se pagaron o están por cubrirse en su totalidad. Como puede verse, Merced Baldovino utilizó todos los recursos institucionales y comerciales con apego estricto a la normatividad y de esa manera pudo acompañar la obra pública con recursos frescos.

Hay otros dos datos que ayudan mucho a entregar una administración financieramente sana. La nómina del ayuntamiento fue paulatinamente adelgazada en estos casi cuatro años, de tal manera que se entregará sin problemas laborales. En ese orden de ideas y contribuyendo al mismo fin, la actual administración municipal instituyó un sistema de prevención que tiene al momento de redactar estas líneas casi dos millones de pesos ahorrados para enfrentar el pago de aguinaldos en este año; Baldovino Diego podría entregar hasta dos y medio millones para esos fines y de septiembre a diciembre, la nueva administración puede fácilmente completar los cinco millones que se requieren para hacer frente a esa importante prestación laboral.
El estatus financiero de la administración coyuquense puede resumirse en una frase: cuando se inició pidió prestado para aguinaldos, cuando se va deja prácticamente resuelto ese problema con cuatro meses de anticipación.


III

Las calificaciones crediticias en México son imperfectas. Las tablas en las que se basan las calificadoras para evaluar apenas son una especie de balance contable; una tabla "T" de ingresos y egresos. No se toman en cuenta el patrimonio estatal o municipal, el estatuto del personal que recauda, su calificación adecuada o no, y otros muchos datos que serían necesarios para una evaluación integral. Por ejemplo, la calificación del gobierno de Nueva York incluye como patrimonios el Central Park, el Museo de Arte Moderno y el Centro Rockefeller, que son patrimonio o administra el gobierno de la ciudad. Si en Acapulco se hiciera una evaluación a fondo, contaría el patrimonio municipal, diseminado en casas, edificios, redes sanitarias y parque vehicular; también incluiría el Parque Papagayo, aunque ahora ese inmueble es provisionalmente propiedad estatal (decimos "provisionalmente" porque una evaluación a fondo descubrirá que la propiedad tiene un largo litigio que pueden ganar los particulares que lo reclaman como propio; cuidado administración estatal, aquí la indemnización no será de 55 millones).

IV

Aún con esas imperfecciones, las calificaciones crediticias son un dato con el que podemos tener una primera evaluación de las gestiones municipales. Quienes analizamos la realidad política y social tenemos que acostumbrarnos al manejo de estas cifras y conceptos para saber hacia dónde va una administración pública.

En Guerrero hay varios municipios que deberían evaluarse por el hecho simple de que el mundo y México estarán en astringencia financiera por un largo periodo y porque los bancos han descubierto una variante fértil de crédito prendario: con las calificaciones, aceptan tener bajas tasas de interés, siempre y cuando los municipios o estados comprometan sus partidas federales. Algunos presidentes municipales a quienes hemos recomendado que califiquen sus municipios nos responden que es un requisito caro; siempre les respondo que lo más caro es no tener la calificación porque entonces las únicas opciones son de créditos con tasas muy elevadas. Coyuca de Benítez no tiene calificación crediticia; si la hubiera tenido se hubiera ahorrado varios millones de intereses (descontando el costo de las calificaciones). Tal vez al inicio de la actual gestión municipal no había condiciones para obtener una buena calificación: "no calificaremos licenciado - me dijo el presidente al iniciar su mandato - esto es un desmadre, nos dejaron laudos laborales tramposos y una nómina inflada".

El presidente que sea electo el 1 de julio ya no tiene pretextos, Merced Baldovino deja la administración municipal en condiciones de recibir una muy buena calificación crediticia. Es de justicia expresar que esos resultados no fueran posibles sin la labor de su notable secretario de finanzas y administración Francisco Navarrete Ávila. Recomiendo desde ahora a quien resulte electo que continúe la austeridad en la nómina y que se haga un esfuerzo recaudatorio de septiembre a diciembre, para que en enero, cuando se dé a conocer la calificación, ya se registre un aumento de los ingresos, adicional a la situación financiera sana que ya se tiene.

Hay otros municipios que deberían calificarse. Chilpancingo, Zihuatanejo y Taxco (bajan chofer, aquí tengo una novia) tienen enormes fortalezas que son bien apreciadas en las calificaciones. Menciono una de ellas: la recaudación del impuesto predial. En Chilpancingo esos ingresos se dispararon por el cambio de uso del suelo en la mitad de la ciudad, cuando René Juárez decidió construir el palacio de gobierno en donde lo construyó; a lo cual siguió, ya en el sexenio de Torreblanca Galindo, la llegada masiva de tiendas departamentales, edificios de oficinas y franquicias. En Taxco, en el trienio de Marcos Efrén Parra Gómez (1996-1999) el impuesto predial contribuyó a un incremento de más del cien por ciento de los ingresos municipales, debido a que Parra Gómez hizo la primera cartografía digital del municipio. Casi triplicó los ingresos municipales en su trienio sin aumentar los impuestos y sin crear nuevos. En Zihuatanejo, Silvano Blanco de Aquino logró un aumento del predial por 60 millones adicionales en su último año de gobierno (tal vez por eso no ganó la elección siguiente para diputado federal, ajúa).

Los alcaldes que recién salieron de esas ciudades tuvieron un buen desempeño; Héctor Astudillo en Chilpancingo y Alejandro Bravo Abarca entregaron buenas cuentas; pudieron ser excelentes, sin embargo dejan compromisos manejables y dinámicas de crecimiento en los ingresos bastante adecuadas. Creo que esas tres ciudades no tendrían ningún problema en obtener buenas calificaciones crediticias y sacarle jugo a sus fortalezas institucionales.

Caso muy distinto es el del municipio de Atoyac, donde el presidente perredista Armando Bello nos demostró que no se puede gobernar sólo con demagogia de izquierda. La administración atoyaquense tiene pasivos enormes y un desbarajuste financiero que será el fin de la carrera política del joven presidente que quiso gobernar a distancia (desde Cuernavaca). Es una lástima que un político tan comprometido con las tradiciones de izquierda le entregue tan malas cuentas a sus electores.
V

Cierto, los ciudadanos votan por personas, por políticos; en las boletas aparecen los nombres de Astudillo, Añorve, Baldovino, y muchos otros. La gente no vota por Standard and Poors ni por Ficht Raiting. Tal vez las evaluaciones externas vulneren en algún grado la soberanía de municipios, estados y naciones; pero en estos momentos no hay de otra. Las calificaciones llegaron para quedarse y es mejor acostumbrarnos a leer sus cifras y atender sus indicaciones.

Merced Baldovino fue el primer presidente municipal que apoyó a Ángel Aguirre en su lucha por la gubernatura. Así como hemos apuntado que la mala administración atoyaquense prefigura la ruina política de Armando Bello, debemos decir que si en la política guerrerense hay lógica y gratitud, Baldovino Diego tiene un futuro junto al gobernador Aguirre.

CORREO CHUAN

Un viejo litigio que tuvo al fin condena definitiva y un amago de la Suprema Corte, obligaron al gobierno de Ángel Aguirre a pagar más de 55 millones de pesos de indemnización. El golpe ocasiona un boquete más a las de por sí maltrechas finanzas estatales.

La utilización de recursos públicos para "lubricar" conflictos políticos, en lugar de hacerlos disminuir los multiplica. Un día sí y otro también aparecen a las puertas de palacio, bloqueadores, plantonistas o simples querellantes. Ni los trabajadores del gobierno se salvan; policías protestan en un acto donde rifaron dos autos y les regalaron planchas y licuadoras. La gente quiere apoyos parejos, institucionales; no rifas sujetas al resultado fortuito de los palenques: el azar.

Ya estamos por doblar la primera mitad de un sexenio completo. Si el último año es el del ajuste, quedan sólo 24 meses para realizar la obra pública trascendente; poco tiempo si tomamos en cuenta que seguirán las movilizaciones en busca de soluciones (y del trasiego de maletas). También continuará la movilidad en la administración pública; se disminuyó el nepotismo, pero todavía pululan por aquí y por allá los sobrinos, sobrinos políticos y toda clase de consanguíneos. Parece ser que tampoco disminuirá la tarea infame de los cortapescuezos, ni la rutina obscena de Arturo Martínez (el cuentacadáveres). Por todo eso (y porque ya tenemos datos suficientes) es hora de la evaluación del gobierno de Ángel Aguirre. El próximo Zapatazo.

El correo chuan dice que los políticos todavía no se acostumbran a las evaluaciones externas. Dice también que después del gobierno priísta de Manuel Añorve, es el perredista atoyaquense Armando Bello el que entrega peores cuentas a sus ciudadanos. Vecino de ambos, el alcalde de Coyuca de Benítez entrega cuentas aceptables y condiciones para que el municipio sea pronto certificado por alguna calificadora. Dice también que ya es tiempo de evaluar con cifras la gestión de Ángel Aguirre Rivero; de pasar a la báscula su estilo alegre, pueblerino, rifador. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.

E-mail: correochuan@hotmail.com
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