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”A Guerrero hay que echarle muchos huevos”

Filo Mayor

Jaime Irra Carceda

*”A Guerrero hay que echarle muchos huevos”

En las últimas tres semanas, cientos de miles de familias pobres de Guerrero vieron mermados sus precarios recursos económicos a consecuencia del alza del precio y de la escasez del huevo de gallina en los puntos de venta, ya sea en modestos tendajones o grandes tiendas de cadena.

El daño ya está hecho y el Gobierno del estado tiene en este asunto, ya por omisión, ya por indolencia, ya por agenda, una alta responsabilidad.

Es cierto que “la crisis del huevo” tiene su origen en una epidemia de gripe aviar que afectó, en principio, en granjas de Jalisco, a millones de gallinas ponedoras hace dos meses y medio, pero también es verdad que en entidades como la nuestra, sus autoridades han sufrido de reumatismo para hacer frente a la “contingencia” del blanquillo escaso y caro.

Hace diez días que el gobernador Angel Aguirre Rivero anunció, evidentemente en falso, que su administración iniciaría de inmediato un programa para vender huevo a precios accesibles para las familias en situación de precariedad que viven en colonias igual de jodidas porque tampoco están dotadas de servicios urbanos como el agua potable, entre otros.

Para el lunes 3 de septiembre se programó el arranque del programa emergente al que hizo referencia el mandatario estatal. Se trataba de iniciar la venta de 20 toneladas de ese producto, a 20 pesos el kilogramo; pero resulta que como Aguirre Rivero andaba en la capital del país en el acto del VI y último informe del presidente Felipe Calderón, “el banderazo del huevo”, fue suspendido. Faltaba más, la foto es primero. La gente jodida, que se siga jodiendo más y que los acaparadores y especuladores continúen en la espiral en la que se hacen más ricos ¡A guevo!

Como ya dije, el precio del huevo se disparó p’arriba a partir de la gripe aviar en Jalisco, hace dos meses y medio. En Guerrero ese problema hizo crisis unas dos semanas después y nuestras familias comenzaron a resentirla en sus economías. De un peso que cada pieza nos costaba al adquirirlo, en algunas tiendas y tienditas de esta ciudad capital, hoy lo compramos en tres. Si una familia compraba una docena de blanquillos (o rojillos, según el caso) al día, al mes su presupuesto para comer sólo huevos se habría incrementado en 720 pesos (si los compran en los establecimientos referidos), lo que está de la chingada para esa casa que se mantiene con un salario mínimo que aquí no rebasa los 60 tepalcates diarios ¡imagínense!

Es en el día a día que las familias compran huevos en los estanquillos de las esquinas porque esa es la necesidad a la hora del almuerzo, de la comida de las tres de la tarde y para la cena.

Es por eso, como se hizo con oportunidad en estados del norte, del centro (incluido el DF) y del sureste del país, era o es importante y urgente que en Guerrero se eche a caminar un amplio programa para hacer frente a la contingencia.

Ahora, para acabarla de chingar, resulta que el pan ya está también por las nubes porque para elaborarlo, aparte de la cebada, pues se utiliza el huevo. Un simple bolillo que en la panadería “La Esmeralda” (andador Zapata), también en esta ciudad, costaba un peso, ahora nos cuesta un 100 por ciento más. Hagan sus cuentas y se darán cuenta del madrazo en nuestras economías.

No, no, no. El Gobierno del estado debe entender que no puede seguir funcionando con ideas sueltas, al ahi se va.

Para hacer frente a contingencias como ésta del huevo, ahí está el librito que se llama Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Guerrero, en donde se les dice a los señores funcionarios que deben instrumentar un sistema estatal de abasto para garantizar el suministro de básicos a la población de zonas marginadas (colonias populares) y rurales…de manera permanente, se entiende.

…Y también “promover, coordinar y operar programas de distribución, comercialización y abasto de productos de consumo básico en beneficio de la población de escasos recursos con la participación que corresponda a dependencias de entidades de la administración pública federal, estatal y municipal”.

Como el lunes pasado, este martes el gobernador no llegó al acto en el que finalmente se dio el banderazo para arrancar el programa de distribución de los blanquillos. Sólo estuvieron en Casa Guerrero los secretarios de Desarrollo Económico y de Desarrollo Social, José Enrique Castro Soto y Beatriz Mojica Morga.

No fueron 20, sino 16 las toneladas que salieron de la residencia oficial del mandatario a bordo de tres camiones, dos para La Montaña y uno para Chilpancingo. A eso de las dos de la tarde, aproximadamente 85 personas, en su mayoría mujeres, llegaron frente a la puerta 3 de Casa Guerrero, llevando en las manos sus bolsas o cubetitas. Querían comprar o que les regalaran huevos. No satisficieron su necesidad. El mandatario estaba en la capital del país en donde dijo a la prensa que el presidente Calderón le cumplió a Guerrero. En Chilpancingo, hace 6 años, cuando candidato, “el calderas” (dijera Brozo), prometió resolver el agua potable para Chilpancingo ¡Y nada! jaimei.carceda@hotmail.com  

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