Octavio Augusto Navarrete Gorjón
I
Ángel Aguirre quiere
meterse a la jugada grande. Tres eventos
perfilan esa posibilidad: la Reunión Cumbre de los Diálogos por la Paz y la
Convivencia, la firma de los acuerdos de Cacahuatepec y la Reunión Cumbre de
las Izquierdas en Acapulco. Un evento
nacional y dos locales sólo en apariencia pero que buscan efectos colaterales a
favor de un consenso que ubique al guerrerense como un serio aspirante a la
silla presidencial.
La intención
no puede catalogarse como exagerada; el bajo perfil de los dos panistas y del
priísta que quizá tendremos, hará que varios se apunten en la puja para probar
fortuna. No sabemos si se conocerá como
efecto Fox, efecto Calderón o efecto Peña, lo cierto es que después de ellos
cualquiera podrá aspirar a la silla del águila.
Ángel Aguirre
no es ‘cualquiera’, es el guerrerense más votado, con 120 mil votos más que
López Obrador en el estado. Si nos
atenemos al tamaño del padrón que lo legitima, sería el segundo gobernador más
votado detrás de Rafael Moreno Valle y de Eruviel Ávila (sería el segundo
porque Eruviel ganó con trampas e infló su votación, también el de Chiapas, por
eso no los contamos).
II
Quizá al
gobernador le falten algunas alianzas nacionales. Los eventos que comentamos lo encaminan sin
ninguna duda a resarcir ese déficit. En
los diálogos por la paz es pionero y la reunión cumbre lo coloca como un
protagonista que atrae los reflectores sobre el estado. Sólo falta que nuestro amigo Arturo Martínez
Núñez cuente menos muertos y más arrestos para que Guerrero sea tomado en
cuenta como un paradigma nacional.
El tema de la
Parota va en un sentido muy concreto: quitarse de encima una eventual presión
de grupos de izquierda radicales. Esos
núcleos no son mayoritarios en el campo progresista, pero tienen una gran
capacidad de conflicto que más vale desmantelar desde ahora. Es probable que Aguirre Rivero tenga
información privilegiada respecto al tema; posiblemente la hidroeléctrica ya no
sea tan necesaria; Estados Unidos entrará a una grave recesión y disminuirá su
demanda de electricidad (recordemos que la Parota producirá esencialmente energía
de exportación). Tal vez el gobernador
sabe que la presa no estará presupuestada en el próximo proyecto de
egresos. De cualquier forma, todo indica
que Calderón no tendrá tiempo (y ahora ni fuerza) para impulsar el tema. Dentro de dos años, cuando las cosas se
estabilicen en el país, Aguirre ya estará de salida como gobernador y será
inminente una nueva elección local y federal; por lo tanto, tampoco habrá
espacio político para la Parota.
No conozco la
redacción original de los acuerdos.
Desde luego que hay un abismo de distancia entre los términos ‘no
impulsar’ y el ‘se opondrá’. En todo
caso, la mala señal a los mercados se compensa con el desmantelamiento del
movimiento opositor, que ahora no tiene razón de ser.
III
La señal más
obvia de que Aguirre aspira a la presidencia es la llamada reunión cumbre de
las izquierdas. Independientemente del
escaso valor que tengan las declaraciones que todo mundo hizo en ese acto, la
sola presencia de todos los diputados y senadores electos de la izquierda hacen
que asuman al gobernador como un serio protagonista para el futuro electoral de
esa corriente.
Las izquierdas
tienen dos prospectos muy fuertes para el asunto presidencial; López Obrador es
ya el mexicano más votado en ese campo (es muy posible que sea el mexicano más
votado en todos los partidos, pero la compra masiva de votos impide que veamos
ese dato); por su parte, Marcelo Ebrard entrega la urbe en muy buenas
condiciones, en paz y con el mayor consenso de que se tenga memoria. Ambos tienen alianzas nacionales que cuentan
como una estructura formal para cualquier elección.
Es allí donde
Aguirre acusa una gran debilidad. Cuando
fue candidato en Guerrero tenía una estructura casi pareja con el PRD; en su
viaje a la izquierda se trajo a medio PRI y por eso ganó su coalición. A nivel nacional no se ve ninguna estructura
aguirrista y es preciso crearla si pretende meterse a la jugada grande. Su carrera no es contra el reloj, hay tiempo
suficiente, pero en este tema, Aguirre necesitará más que simpatías y
compromisos electorales.
IV
Para el
estado de Guerrero es bueno que su gobernador se apunte en las ligas
mayores. Tener como primer mandatario a
un prospecto traerá como consecuencia mayor exigencia de buenos resultados en
la gestión aguirrista; habrá fuertes reflectores sobre los temas del gobierno
local; el gobernador y todos sus funcionarios deberán desempeñarse con mucho
cuidado para evitar problemas en el camino.
La ciudadanía saldrá ganando siempre y cuando las legítimas aspiraciones
del gobernador no propicien un manejo clientelar del presupuesto y la gestión
pública. Caminar en ese sentido traería consecuencias catastróficas sobre el
estado y un uso patrimonialista del presupuesto ocasionaría un efecto contrario
al deseado; el caso de Acapulco es
paradigmático al respecto.
Para la
izquierda también es bueno contar con más de dos prospectos. Para empezar quita presión sobre Ebrard y
López Obrador y Aguirre podría (aun quedándose en el camino) incrementar la
alianza nacional a favor de un frente patriótico. En este caso, independientemente del
resultado electoral, Ángel Aguirre se mantendría vigente como político aún
después de concluir su mandato constitucional.
Finalmente,
no hay que descartar la posible anulación de las elecciones; cada día surgen
más evidencias del cochinero electoral.
Si se diera un fallo en ese sentido, es muy posible que, por motivos
ciertamente distintos, los partidos
vayan a la contienda extraordinaria con nuevos candidatos. En ese caso es bueno que Ebrard no aparezca
como heredero solitario del tabasqueño; Ángel Aguirre levanta la mano y se
amplía el juego electoral en la izquierda.
CORREO CHUAN
La Palabra
es un semanario que tiene ya muchos años circulando en el estado. Por ahí hemos pasado casi todos los
articulistas y ensayistas; siempre ha sido puerto seguro frente a las
impertinencias y sectarismos de directores y empresarios periodísticos de izquierdas y derechas. En
días recientes, el semanario ha sido víctima de llamadas intimidatorias. Dichas llamadas telefónicas se produjeron
después de que La Palabra exhibió el descaro de los regidores acapulqueños que
quieren otorgarse un bono millonario.
No hay que
tomar demasiado en serio estas amenazas, pero tampoco hay que dejarlas
pasar. Más vale pecar de suspicaz y
parar en seco cualquier intentona de golpear a un medio que se ha distinguido
por su solidaridad con los periodistas que tienen problemas laborales o de
censura. Vaya nuestra solidaridad para
Gil Rivera y todos los que laboran en una revista a la que hay que desearle que
viva muchos años.
El correo
chuan trae buenas noticias. Dice que
Ángel Aguirre podría hacer la chica si la elección se anula y podría meterse a
la jugada grande si no. Dice también que
lo que le falta lo está tratando de subsanar con reuniones que oscilan entre
cumbres y parotas. También trae el chuan
noticias de La Palabra y dice que nadie debe molestar a Gil Rivera y al equipo
que hacen posible una publicación pertinente y crítica. Zapata 21 es una dirección de bellos
recuerdos.
E-mail: correochuan@hotmail.com
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