Patriarca del CISEN. Ex gobernador de Oaxaca
¿Es una norma qué los hombres buenos y valiosos se
vayan de esta vida antes que muchos que están de sobra existen en vano?
Este mes patrio han fallecido el editor Octavio Colmenares Vargas, el aguerrido
periodista Javier Ibarrola y el Senador Alonso Lujambio; como si la muerte no
estuviera satisfecha el martes 25 se llevó al ex gobernador de Oaxaca avecindado
en Acapulco Don Pedro Vásquez Colmenares.
Su buen ejemplo como servidor público patriota,
compositor y mejor amigo nos queda, pero
su irreparable ausencia nos duele muy hondo. Se qué Humberto Salgado Gómez debe
estar triste por quien tanto lo impulsó en otros tiempos…
Mi sentido pésame a sus hijos Pedro Ignacio, Rodrigo,
Bernardo y Ana Isabel, pero sobre todo a su gran compañera de toda la vida, la
Abogada y escritora Doña Ana María Guzmán Rodríguez, con quien hace dos o tres
días platiqué sobre su obra en terminación respecto a “Los Vientos”, mientras
el amigo y ex jefe tomaba una siesta
Ayer en la mañana me llamó temprano desde muy lejos
mi entrañable amigo Juan Gilberto Suárez Herrera para decirme inquieto y
preocupado que había soñado a Don Pedro en la madrugada; casi de inmediato vía
correo electrónico Fernando Navarrete Magdaleno me daba la pésima noticia…
Don Pedro Vásquez Colmenares fue llevado a una
Funeraria del Pedregal de San Angel en
la Avenida San Jerónimo, allá en el DF donde viven sus hijos No solamente sus
amigos, familiares y Oaxaca están de luto, sino todo México por el hombre en
cuyas manos estuvieron misiones delicadas para el País, desde sus enseñanzas
como Catedrático en la UNAM de las materias de Sociología, Derecho Penal y
Filosofía del Derecho, agente del Ministerio Público, brazo derecho del gran
presidenciable Hugo Cervantes del Río, Oficial Mayor de la Secretaría de la
Presidencia, Director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Oficial Mayor el
PRI en el DF, Subsecretario de Agricultura, Director de Aeroméxico al que
rescató de la quiebra, Gobernador de Oaxaca al mismo tiempo que sus amigos Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano en Michoacán, Alejandro Cervantes Delgado en Guerrero y
Pedro Joaquín Coldwell en Quintana Roo…
Valiente creador de la Dirección de Seguridad
Nacional (DISEN) que se transformaría después en el CISEN y Embajador de México
en Guatemala, llamado después a colaborar con José Francisco Ruiz Masieu para
un proyecto especial
Por su salud de vías respiratorias desde hace tiempo
radicaba con su amada esposa en Acapulco, juntito al mar donde las olas son un
espectáculo incesante.
Nacido en Oaxaca el 2 de noviembre de 1934, el año
pasado aún lo encontrábamos solito manejando su auto, con su buen apetito, su
inseparable sombrero o gorrita tipo española, de excelente humor e ingenio, sus
valiosos consejos, su enorme afición por la música de la Orquesta Filarmónica
de Acapulco que dirige el Maestro Eduardo Alvarez y sus proyectos de escribir
más libros, siempre lúcido y brillante; amable, respetuoso e institucional
hacia el México que tanto le preocupaba.
Don
Pedro Vásquez Colmenares y su último libro
Para sus bodas de oro con Doña Ana María en mayo del
2011, celebradas en Huatulco, preparó un libro premonitorio: “Ayuda de Memoria”,
del que me atrevo como humilde homenaje
a reproducir lo escrito por él en la contraportada:
“Los
recuerdos. ¿Qué son los recuerdos? Son hilos que entretejen el lienzo de la
vida. ¿Que es la vida?.Es la madeja que formamos en el camino, apretada,
redonda, firme, enrollada según las circunstancias pero que nos permite
esconder y cubrir lo que está en el fondo.
Tiras
la punta del hilo y comienzan a fluir los recuerdos. Sigues jalando y el hilo
se desliza por tus manos asomando los
recuerdos que se han mantenido atados y escondidos. Con el tacto de la memoria siente
lo áspero o sedoso que se desprende del
tramo de hilo que vs recuperando al salir de la madeja. Así es la vida.
Por
eso a veces cuando brotan los recuerdos los palpamos sin tocarlos, casi los
manoseamos sin poderlos tocar. Jamás podrás volver a tocar lo que estás
recordando. Aunque trates de volverlos a vivir.
Me
produce una sensación especial sentir el tacto de lo vivido entre las manos.
Los recuerdos fluyen de manera distinta, desordenada, dependiendo a veces de
las variantes que tiene el momento y la hora del día en que lo haces; brilla la
luz y los recuerdos, fluyen alegres, fáciles, casi sin sentirlos. Pero luego en
la oscuridad o en días nublados se resisten a desprenderse de la madeja y a
veces tiras del hilo sin que aparezcan. Así son los recuerdos. Así es la vida.
Tan cierto como que la enfermedad en la vejez es una condena. Incapacita para
planear, al mismo tiempo que va llegando la etapa de despedirse de actividades,
de viajes, de personas, hasta de objetos. En esta etapa el tiempo se aprovecha
para ordenar las despedidas. Ha llegado el tiempo de los adioses…”
Don Pedro intuía que pronto se despediría…por más
que le estuve insistiendo en hacer un
libro con asuntos del CISEN que le tocó fundar fusionando la Dirección Federal
de Seguridad con la Dirección de Investigaciones Políticas de Gobernación en
1985, donde valerosamente cesó a 800 agentes de esos empistolados tenebrosos
con licencia para matar que Zorrilla Pérez convirtió en aliados de
narcotraficantes, sus poderosas credenciales metálicas las mandó fundir para
hacer un busto del insigne Patricio Don Benito Juárez García que pusieron en la
Dependencia.
Jamás quiso revelar nada, pues para él se trató de
secretos de estado que debía llevare a la tumba y su estilo de vida fue la
absoluta discreción. Descanse en paz
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