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El Secretario que paró a la policía de Acapulco



TRASFONDO

Por JULIO ZENON FLORES
Alfredo Álvarez  Valenzuela es el primer secretario de seguridad pública de Acapulco que logró la paralización de la policía de Acapulco, durante –hasta ayer- cinco días seguidos.
Los uniformados de esta ciudad no son una perita en dulce. Se ha dicho de ellos hasta que están infiltrados por el crimen organizado, que se dedican más a timar borrachitos y parejitas “inmorales” que a perseguir delincuentes, pero al parecer la llegada de Álvarez Valenzuela resultó uno de esos remedios que son peores que la enfermedad.
Con él, marino como es, se revivieron las torturas a los detenidos, aplicando castigos que se usan en la Marina Armada de México, que consisten en apalear a los infractores en los glúteos, a veces con madera mojada, para no dejar huellas, lo cual ha sido ampliamente documentado por los propios elementos obligados a incurrir en esa conducta ilegal, pero además, se rodeó de gente traída de otros lados, que adquirieron de inmediato rangos superiores a policías que tienen años dedicados a esa actividad, incluso algunos, hijos de policías, que tenían mayores merecimientos.
Pero además de advenedizos, los recién llegados incurrieron en actos de prepotencia y malos tratos contra sus ahora compañeros. Se ganaron a pulso su repudio y todo eso se cargó a la cuenta de Álvarez Valenzuela, quien de por sí no tenía buenos antecedentes.
Hay que recordar fue comisario de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), Alfredo Álvarez Valenzuela y miembro de la legendaria cofradía policiaca denominada La Hermandad, cuando fue designado secretario de Seguridad Pública en Acapulco en noviembre del año pasado.
Para esas fechas Álvarez Valenzuela, ya tenía en su contra denuncias por abuso de autoridad y se le recordaba como el encargado del operativo Guerrero Seguro y por su participación en el desalojo violento de normalistas de Ayotzinapa, que dejó un saldo de dos estudiantes asesinados el 12 de diciembre de 2011.
Su padrino fue nadamenos que el comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb quien a la fecha ya está separado del cargo y, sin embargo, hay fuerzas poderosas que se empeñan en sostenerlo, aún a costa de dejar a la ciudad desprotegida, con el argumento bastante tonto de que su ausencia en las calles no se ha notado, como si creyera que siempre van a tener aquí a los federales y estatales, que desatienden otras partes del estado y el país, SÓLO POR EL PERIODO VACACIONAL.
Quienes lo sostienen y se ufanan en decir que no está a negociación su cargo dejan de lado lo publicado en un reportaje del periodista Álvaro Delgado, que sacó a luz en junio Proceso, sobre la HERMANDAD a que pertenece el Secretario y que advierte que Mondragón y Kalb “abrió las puertas de la PF a integrantes de la legendaria Hermandad, no sólo intocada, sino caracterizada desde hace décadas por abusos, extorsiones, secuestros, corrupción y complicidad”.
El texto refiere que de acuerdo con documentos oficiales se indica que “al menos 130 militares, incluyendo varios generales, han sido desplazados por viejos funcionarios y policías del Distrito Federal, célebres por vender plazas y exámenes, por desaparecer expedientes incriminatorios y colocar en puestos clave a familiares, amigos, compadres”.
Antes del paro policiaco el alcalde Luis Walton ignoró la petición pacífica de su destitución que hicieron los secretarios generales de las cuatro secciones del Sindicato Único de Servidores Públicos del estado de Guerrero (Suspeg) quienes lo acusaron de ser un funcionario déspota, grosero y prepotente.
Y sin embargo, lo sostienen. Por algo será.
  trasfondoinf@hotmail.com

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