Por Julio Zenón Flores
Acapulco, es una linda ciudad al sur de México, en el estado
de Guerrero, que tiene más de 20 playas reconocidas por su belleza, y que
actualmente vive una extraña particularidad, es quizás el único puerto del
mundo donde el tránsito vehicular es dirigido por estudiantes universitarios,
en vez de personal del ayuntamiento especializado.
En pequeñas brigadas de cuatro o cinco personas, que
incluyen entre ellas al menos a una sonriente jovencita, los universitarios,
asignados por una universidad que vive una etapa de intenso contacto con la
sociedad, pasan entre seis y ocho horas, medio uniformados con pantalón de mezclilla,
playera rotulada de la UAGRO, una gran cartulina que propone el alto a los
automovilistas y una o dos banderolas en color naranja.
La labor no es fácil. Diana, una guapa estudiante de
Enfermería que realiza su actividad en el crucero de Costera y Wilfrido
Massieu, señala que muchas veces, sobre todo los taxistas, en especial, los
colectivos, no les hacen caso, e incluso les avientan el carro encima y todavía
los regañan.
Su compañero Delfino, un jovencito de menos de 20 años, estudiante
de Odontología, señala que el crucero más peligroso para ellos es el de Costera
y Enrique el Navegante, debido a que, los semáforos están sin funcionar. Los carros
no se quieren detener, dice, aunque les pongamos la bandera del alto.
Como no han recibido ninguna capacitación, en realidad su
labor parece ser más de buena voluntad que efectiva, coordinados por un
elemento asignado por Protección Civil, que sabe de Protección, pero no de
vialidad.
El rector universitario, Javier Saldaña Almazán, afirma que
se trata de aportar un granito de arena de la máxima casa de estudios, a la
ciudad más importante del estado de Guerrero, que ahora vive momentos difíciles,
pues a la huelga de policía viales, se suman muchas calles cerradas total o
parcialmente por obras públicas.
Aunque no hay cifras recientes, hasta hace unos diez años
circulaban en sus calles unos 50 mil vehículos de motor, en algunos fines de
semana se incrementaba a 120 mil y en temporada vacacional, rebasaba las 150
mil unidades.
Las vialidades han crecido poco y hacia el centro de la
ciudad no hay más que tres vías, que al llegar al zócalo se convierte en una
sola, la avenida Costera Miguel Alemán, de seis carriles, tres en cada sentido.
La circulación es dirigida normalmente por unos 200 agentes
viales y la propia escasez de vialidades ha formado un carácter duro en
transportistas y automovilistas, que pelean por avanzar metro por metro, sobre
todo en la avenida Cuauhtémoc y en la Ruiz Cortínez, donde está la zona de
hospitales y facultades universitarias.
Pero desde hace casi 20 días, los agentes viales están en
paro y su labor está siendo sustituida por alumnos universitarios.
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