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La guerra perdida de Ángel Aguirre

TRASFONDO



Por Julio Zenón Flores

La lucha actual del gobernador Ángel Aguirre no se ve enfocada a encontrar a los 43 normalistas desaparecidos, o a los culpables del asesinato de los seis jóvenes esa noche fatídica del 26 de septiembre a manos de policías preventivos bajo el Mando único estatal; más bien parece enfocada a salvar lo que pueda de su imperio, no ir a la cárcel; salvar a su hijo.
En mucho, esa lucha parece similar a la guerra que desató el príncipe Vlad, en la película Drácula, la leyenda jamás contada, que se exhibe actualmente en los cines de Acapulco, donde el director Gary Shore, nos presenta a un emperador que para salvar a su hijo hace una guerra que sabe que va a perder, pues es infinitamente inferior en fuerzas a sus enemigos, pero en su afán de venganza no duda en empeñar su alma al diablo para tomar una fuerza temporal que le permite destruir a sus enemigos…pero también a su familia, su esposa, sus familiares sus amigos, su ejército, su pueblo… a cambio de preservar, sobre esos escombros, a su hijo, el pequeño príncipe que termina siendo coronado rey de Rumania.
Hoy, el pueblo está encendido de ira y dolor, que son los combustibles de mayor aceleración para un pueblo que ha pasado por revoluciones, guerras, represiones y que está listos para levantarse, más aún si se trata, como es el caso, de jóvenes caso niños, de origen humilde, de comunidades miserables, donde esperaban volver y mejorar sus condiciones de vida con su formación de maestros.
Aguirre le apuesta un poco –sin mucha convicción- al olvido. Pero eso no llegará, porque a diferencia de otras épocas, como en la masacre de Aguas Blancas o en la guerra sucia, el mundo es una aldea global y lo que ocurre en sitios recónditos repercute en las principales metrópolis, donde partidos y ciudadanos están prestos a dar una opinión políticamente correcta y a empujar acciones internacionales para castigar esos excesos. El castigo por el crimen de Iguala, pues, es inexorable, quizás todo sea cuestión de tiempo… y ese, el tiempo, es por ahora el principal aliado de Aguirre.
Como están las cosas, si el gobernador se va o no del cargo, no es importante. Él está acabado políticamente, pero, por extraño que parezca, tanto a sus amigos cercanos como a sus enemigos, les conviene más que se quede a terminar su mandato. Al PRD en cambio, le conviene que se vaya, pero el PRD no lo han entendido. Por tanto creo, Aguirre se quedará en el cargo.
Sus amigos esperan que se quede en el cargo para que cumpla sus compromisos, seguramente en materia económica; varios de ellos se endeudaron a nombre de Aguirre y desean que el mandatario se quede para que afronte esas deudas; el PRI en cambio, espera que se quede, porque mientras él esté en el gobierno, persistirán acciones de irritación sociales contra ese gobernador, que estará cada vez más acotado, vigilado y sujeto a investigación, lo que le impedirá operar políticamente y, en cambio, cada acción social contra él, afectará directamente al PRD. Eso llevará con seguridad, al partido del sol azteca, a la derrota en el 2015.
Al día de hoy todo apunta a que el gobernador Aguirre no es un asesino, pero sí es responsable de omisión o negligencia, o eso al menos se buscará confirmar o negar, con las investigaciones, ya esbozadas por su mismo compañero de partido y presidente del Senado Miguel Barbosa: “No sólo se trata de detener a algunos de los policías municipales asesinos o de la renuncia de servidores públicos…” y por el mismo presidente de la República que habla de “vacíos de autoridad”, “omisiones” y negligencia.
En el terreno político nacional Aguirre ya está enterrado, como le dijo el viernes Ciro Gómez Leyva: “Faltan 10 meses para las elecciones y un año para que Aguirre se vaya a su casa. Nadie está pidiendo con seriedad que deje el cargo, gobernador. Lo que se demanda es algo que usted no puede, no sabe dar: eficacia. No es que sea un asesino. Simplemente, usted es un incapaz. De 1995 a la fecha”.
En la política local, con solo ver los datos de la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica, uno puede saber qué pasa con él.
* 81 por ciento de los guerrerenses piensa que las cosas van mal en el estado.
* 71 por ciento cree que el gobernador no tiene el control de la delicada situación actual.
* 67 por ciento considera a la inseguridad y la violencia el principal problema.
Así las cosas, creo que el gobernador Aguirre está en un hoyo del que quiere salir, pero no puede y, al final, lo destruirá todo, con excepción quizás, de su hijo, como el Drácula, de la película de Gary Shore.
¿Y los normalistas? Tal parece que a la clase política dejaron de interesarles. Hoy son solo el lev motiv.



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1 Comentarios

  1. Y seguramente el mesías de añorve baños será quien salve al estado, para que sea un estado de 10, tal y como hizo con acapulco, luego se vé un transfondo político en este comentario enfocado hacia el expresidente municipal de 10.

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