TRASFONDO
Ahora que los Aguirre y los Hughes se fueron a la cárcel y
que las indagaciones han seguido su curso, han salido a relucir nombres de
dirigentes perredistas que recibían dinero del gobernador, que iba a dar a sus
cuentas personales, se entiende que al recibir ese dinero que no era legal,
pues en todo caso para eso estaría el Instituto Electoral, los dirigentes
perredistas se vuelven cómplices del fraude cometido por los Aguirre.
A eso súmele las salpicaduras de las presuntas relaciones
con el crimen organizado y no hablamos de militantes de base, sino de
dirigentes de primer nivel. Desde el maestro en ciencias David Jiménez Rumbo,
principal dirigente del Grupo Guerrero, hoy por hoy la corriente más importante
del perredismo guerrerense y que ha tenido y tiene aún la presidencia del
partido en la entidad, que ha reconocido abiertamente haber tenido amistad
desde la infancia con Servando Gómez “La Tuta”, pasando por el presidente del
Congreso local, Bernardo Ortega, de quien se ha publicado en muchos medios que
forma parte del grupo criminal Los Ardillos, liderado por su hermano y al cual
supuestamente perteneció su padre; no hay que olvidar que la misma Tuta divulgó
un video donde refiere una presunta relación criminal que ligar al hermano del
ex presidente del PRD estatal y actual alcalde de La Unión.
En ese nivel se descubrió el amafiamiento de alcaldes con el
narcotráfico, cuyo caso más emblemático y que ya no deja lugar a ninguna duda
es José Luis Abarca, que gobernó a Iguala, hasta que en su desmesura mandó
detener y desaparecer a decenas de estudiantes de Ayotzinapa, pensando que no
sería más que un caso impune nuevo, dada la protección de que gozaba.
Del mismo senador Armando Ríos Piter, han circulado fotos y
otras imágenes donde aparece supuestamente con el conocido capo de la Costa
Grande, Rogaciano Alba.
Y si quedaba algún resquicio del PRD que pudiera no estar
salpicado por la corrupción directa, con señalamientos de haber recibido dinero
o de estar involucrados en algún grupo criminar, hay otra parte del PRD que
velozmente se cobijó bajo las alas del aguirrismo, en cuanto formaron su
corriente tribu conocida como Izquierda
Progresista Guerrerense (IPG), donde el
dinero corría proveniente de los patrocinadores del ilustre apellido
ometepequense. De alguna manera serían salpicados o considerados con algún
nivel de complicidad en aquello de que se
le acuse al factótum Angel Aguirre.
Así las cosas, y pensando en que bajo el dominio de esas
personas, como líderes de grupo, y con su dinero, quizás mal habido, se eligió
a la actual dirigencia estatal perredista, no queda sino decir que ESTÁ BAJO
SOSPECHA y que no se puede garantizar que los candidatos que impulse o promueva
no sean para cumplir compromisos con ese tipo de intereses ajenos a los fines
de la Política (con mayúscula).
Quizás por eso el Comité Nacional perredista y para tratar
de enmendar las cosas en la medida de lo posible, haya mandado una delegación
numerosa a vigilar el proceso de selección de candidatos, lo que ha generado
mucha incomodidad en las tribus locales.
En esas condiciones, el PRD nacional debería EXCUSARSE de
participar en las elecciones de Guerrero, hasta en tanto no refunde al partido
en esta entidad…y habría que ver si al no participar el partido preponderante
del estado, no debiera mejor posponerse el proceso electoral y buscar algún
mecanismo legal que permita nombrar a un nuevo gobernador interino o a un
consejo de notables o una comisión del gobierno federal, avalada por los
partidos nacionales, para hacerse cargo del gobierno.
O usted ¿Cómo la ve?
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