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El PRI y la difícil decisión para Acapulco

TRASFONDO
Julio Zenón Flores
Esta primera semana de marzo es el periodo de los registros de los precandidatos a alcalde en los 81 municipios de Guerrero. La lucha interna de las corrientes del PRI se ha centrado en Acapulco, aunque en Chilpancingo el proceso no ha sido miel sobre hojuelas precisamente.
Hasta hoy los finalistas que podrían abanderar al tricolor y que por lo tanto podrían registrarse este mismo día, en caso de no poder llegar a un acuerdo de unidad, siguen siendo los diputados locales Julieta Fernández Márquez, Rubén Figueroa Smutny, el delegado de Profeco, Fermín Gerardo Alvarado Arroyo y han cobrado fuerza los nombres de Marco Antonio Terán Porcayo, ex director del Instituto Estatal de Cancerología, Joaquín Badillo Escamilla, ex presidente de Coparmex y Robespierre Robles Hurtado.
De entre ellos deberá surgir el candidato tricolor (que también irá bajo las siglas del PV) que se enfrente a Zeferino Torreblanca Galindo, quien competirá por las siglas del PAN, a Jessica Melo, que busca un partido y bien puede ser abanderada del Partido Encuentro Social (PES) luego de que no se arregló con el Humanista, el cual por su parte llevaría al ex dirigente de Coparmex, Fernando Vargas Lozano; a Marcial Rodríguez Saldaña, de Morena, a Víctor Jorrín Lozano, del MC, al que designe el Partido de los Pobres y a Evodio Velázquez, del PRD y del PT.
Como se ve, de por sí el tricolor no la tiene fácil, dada la diversidad de partidos que participan, la mayoría de ellos en busca de ganar al menos una regiduría, y con la división que se avecina, será aún más complicado para los priistas recuperar Acapulco.
Que los priistas irán divididos no hay duda alguna. El diputado Figueroa Smutny se ha encargado de dejarlo claro en redes sociales, donde ha estado atizando las diferencias con el grupo añorvista, que le ha ganado todas las elecciones internas 2 y hasta tres a uno, buscando de esa manera que si no es él tampoco lo sea alguien del grupo de Añorve, cosa que se ve complicada, pues no hay proporción en las fuerzas del figueroismo con el añorvismo, cuando se habla de Acapulco.
En estricto sentido, el candidato del PRI, si quiere ganar, debería tener el dinero de los Figueroa y la estructura de los Añorve, cosa al parecer imposible, pues se ven como el agua y el aceite, entonces se colige que el candidato que salga apostaría por aprovechar la división de la izquierda que esta vez llevaría al menos tres candidatos: Evodio del PRD, Marcial de Morena y Jorrín de MC.
Excluyendo a Figueroa, que dado su nivel de ataque en las redes sociales se intuye está fuera, de los que quedan, aparecería como más fuerte la diputada Julieta, por el respaldo del grupo mayoritario, pero pudiera darse que no la expusieran, porque sería blanco de una guerra sucia que no respeta género y que le endilgaría los negativos que en realidad le son atribuidos a su esposo y no a ella; en consecuencia aparecería como viable Fermín Alvarado, por estar bien posicionado en las encuestas y eso le daría cierta ventaja, además de que el no ser de ninguna corriente fuerte le da el ingrediente que decantó al CEN a favor de Héctor Astudillo; sin embargo, no habría que descartar al ex dirigente de la Coparmex, que sería un buen candidato dada su experiencia en cuestiones de seguridad, que es lo que más desea el acapulqueño y que sería un candidato fresco, por no tener historial partidista.
Ni por supuesto al destacado oncólogo Marco Antonio Terán Porcayo, que ha sido un hombre leal al PRI, desde hace años y que ha participado en diversas campañas, incluida la del presidente Enrique Peña Nieto. Tiene la fortaleza de que no tiene negativos, carece de enemigos internos en el tricolor y su debilidad, de que no tiene mucha exposición a los medios se puede convertir en su mayor fortaleza, si lo ponen en manos de un experto en comunicación política y marketing. Una persona no quemada, leal y sin negativos es materia prima valiosa para cualquier experto.
De todos modos el que salga electo, si no tiene el apoyo de Figueroa, poco podrá hacer ante un fortalecido Evodio Velázquez, que ha demostrado, pese a su juventud, ser un buen operador político y eso lo hace un buen prospecto a presidente municipal de Acapulco y frente al indudable posicionamiento que mantiene el ex gobernador Torreblanca y aún ante la estructura que el poder permitió a MC construir en este puerto, para Víctor Jorrín, quien sin duda aprovechará mejoras que se empezarán a ver justo en los días de la elección, en cuanto a abasto de agua potable y calles que estaban abiertas y que se irán cerrando poco a poco, incluida el funcionamiento del Acabús, que está casi listo, lo cual podría ser un activo de MC.
www.facebook.com/juliozflores


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