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Huelguistas, articulo de Juan Lopez

Huelguistas

Juan López

Ayunar como protesta para presionar a la autoridad a que destrabe el conflicto académico, es un sacrificio extremo. Quien somete su organismo a prueba tan inclemente, juega con su salud y pone en riesgo su existencia. Nada hay tan desgastante para la vida como el dejar de ingerir alimentos por periodos prolongados.
Y lo peor es que, el reclamo no tiene eco en la conciencia del Rector; al contrario, hemos visto en la prensa que, tan desdichada criatura ríe, con una sorna diabólica, cuando los afectados y sus familiares le presentan el problema y le allegan pruebas de los altos índices de corrupción en las facultades de la Universidad.
Nunca, la UAG y sus gerentes han mostrado, con tanta nitidez, su incapacidad con la academia y la falta de compromiso con los estudiantes. Jamás un Rector fue tan altivo y procaz, tan sórdido y falto de probidad, tan indiferente a la grey universitaria. ¿Quién o qué, se cree que es? ¿Por qué juega con la vida de sus discípulos?
Queremos que nos diga que va a hacer o qué va a pasar en el Estado, ¿si uno de los jóvenes ayunantes muere de hambre?
Ignora acaso que algo así sería, sólo la gota que falta para que se derrame el vaso. La chispa que pueda incendiar toda la pradera.
En un escenario social como el nuestro, ahíto de violencia. De hechos sangrientos que nos avergüenzan. De señorío del crimen por sobre las instituciones nacionales, el Rector se atreve a jalarle los bigotes al tigre, para que un manotazo de la fiera termine de una vez con la poca estabilidad social que nos queda.
¡Ah, el sagrado principio de autoridad! Y el coro de sus lacayos que le susurran al señor Villegas que no pacte ni se rebaje ni ceda a las peticiones de los jóvenes rechazados por sus burócratas.
La universidad debe ser como una alameda, abierta, sin muros, ni cepos ni nidos de culebras. La UAG tiene que recobrar su espíritu integrador, su humanismo creador, expulsando de su seno a los rectores y sicofantes que la degradan, para que las nuevas generaciones tengan la oportunidad, que de estudiar se merecen.

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