Profepa, es una sigla que da modorra investigar qué asuntos le competen. Se sabe que es una Procuraduría de Protección Ambiental. En Acapulco la rige Marisela Ruiz Massieu, quien ya intervino en las irregularidades que Promotora de Playas comete en el litoral de Guerrero. Afirmó la funcionaria que deben enmendarse las anomalías que, Rogelio Hernández comete con toda la parsimonia de su ignorancia.
Playas cobra en la zona federal el importe de la ocupación de toldos, camastros y sillas que utilizan para su solaz descanso los turistas. Como ocurre en todo el país a este servicio lo asuela la piratería de tantos prestadores de servicios que simulan competencia con la oficina gubernamental. Complacencia aparte, encubrimiento descarado y otras complicidades delictivas, convierten a las playas de Acapulco en un bastión de pandilleros que se roban el patrimonio fiscal.
Playas recauda el pisaje playero con recibos apócrifos. Más parecen boletos de rifa escolar que comprobantes fiscales de un servicio público. Con ello se viola el fisco municipal, estatal y federal. No se desglosa el IVA ni se paga licencia municipal por ejercer, aunque sea gobierno, una actividad lucrativa, cual es el cobrar al usuario una tarifa por utilizar equipo y mobiliario de la Promotora.
Hay un director de esta empresa paraestatal que, antes de ser jefe de oficina, era empírico carretonero. Cristo lo dijo: Perdónalos Señor, no saben lo que hacen. Cuando la ignorancia mitiga el cometido delictuoso hay atenuantes jurídicos que les ayudan, pero también hay agravantes para un delito que se comete de forma permanente.
Promotora de Playas es un escalón burocrático, dependiente de la Secretaría de Turismo en su organigrama oficial. Javier Aluni emulando al que no sabe, ha de ignorar también que su responsabilidad incluye las anomalías que comete Rogelio Hernández.
Un ejemplo de cómo debe funcionar Promotora de Playas en su condición fiscal, son los recibos que expiden Maxi-Túnel y la caseta de cobro de la Autopista del Sol: con la cédula fiscal impresa, foliados, con el precio básico, el IVA desglosado, el importe total y los agregados de cualquier otro impuesto que ameriten: el municipal y el estatal.
Expedir tikets hechos en casa, de manufactura empírica, de origen dudoso y claros signos de fraude fiscal, es algo impermisible en el gobierno y una invitación para que la gente imite a los defraudadores, al fin que Hacienda no los llama a cuentas.
No se trata de perseguir a los ignorantes que se colaron al gobierno, sino de ilustrarlos para que corrijan sus asuntos incorrectos.
PD: "Hay remedio, cuando aún los vicios no se convierten en hábitos": Lucio Séneca.
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