Al encabezar la sesión de Cabildo, el primer edil se refirió a aquellos hechos con las siguientes palabras:
A propósito del 18 aniversario de la masacre de Aguas Blancas, me permito decirles lo siguiente:
Hoy, 18 años después, a pesar de los grandes esfuerzos que hoy se retoman por
parte del gobierno federal y del gobierno estatal, debemos reconocer que
subsisten en Guerrero las condiciones de atraso y exclusión social, que dieron
origen a la movilización de aquel 28 de junio de 1995, de la Organización
Campesina de la Sierra del Sur (OCSS).
Sin lugar a dudas, los movimientos sociales en Guerrero abanderan causas
legítimas. Por esa razón, y como lección de la masacre de 17 campesinos en
Aguas Blancas, estamos convencidos de que, ni la represión ni el hostigamiento,
podrán resolver los conflictos que se presenten en la entidad.
Los gobernantes debemos mandar obedeciendo a la sociedad, privilegiar el
diálogo y la conciliación, y sobre todo, trabajar para reducir la brecha de la
desigualdad.
Desde aquí, hago un llamado, a que nunca más vuelva a ocurrir un exceso del
poder contra los ciudadanos, y mucho menos, contra los más pobres de Guerrero.
En memoria de los 17 campesinos caídos en Aguas Blancas el 28 de junio de 1995,
invito a ustedes a que guardemos un minuto de silencio.
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