Trasfondo Informativo
JULIO ZENON FLORES
El aterrizaje forzoso de una avioneta con dos personas y
varios bidones de turbosina a bordo, en el lecho del río Papagayo, en el poblado
de Aguacaliente, dentro de la zona de lucha del Consejo de Ejidos y Comunidades
Opositoras a La Parota (CECOP), tiene mucho de misterio.
Llama la atención el hermetismo con que el gobierno estatal
y federal manejaron el asunto, al emitir, ya por la noche, pese a que el hecho
había ocurrido por la mañana, un comunicado de tres párrafos, limitándose a
decir que la mencionada avioneta ya estaba bajo resguardo de la PGR y que los
tripulantes habían escapado. Sin mencionar lo que todo mundo supo, por las
versiones de los testigos, que hubo disparos, no se sabe con precisión, si
entre dos avionetas civiles, una de las cuales obligó a la otra a descender en
ese lugar o si fue una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana, la que hizo
disparos de advertencia para persuadir a la nave extraña, con doble matrícula,
a bajar.
Después de que ese lugar llegó a parecer zona de guerra por
el arribo por aire y tierra y hasta por las aguas del río, de todo un
contingente militar, además de decenas de Marines mexicanos, policías federales
y locales, con equipo bélico que incluyó equipo de tierra y aire artillado, al
día siguiente nada se dijo al respecto. Como si nada hubiera ocurrido.
Todo ello resulta muy raro, porque no es un acontecimiento
cualquiera. En Acapulco ha pasado de todo, pero hasta esa fecha no había
sucedido que se ubicara aeronaves presuntamente transportando droga en una zona
tan cerca de la zona urbana y menos aún sobre poblados tan sui géneris; que
bajaran una avioneta presuntamente con droga ocurría en las partes más altas e
inhóspitas de Guerrero, o en Sinaloa, pero no en la zona rural pegada al puerto
más importante de la entidad.
Por ello, el fenómeno muestra o un escalamiento en el nivel
de combate al narcotráfico en este municipio, al grado de detectar algo que
quizás ya lleve tiempo ocurriendo y que no había sido advertido o que era de
alguna manera tolerado o solapado, es decir, que había avionetas sobrevolando a
baja altura, para llevar a cabo el trasiego de drogas en mediana escala de la
parte serrana a la costa, donde podría estar siendo embarcada para sacarla de
la entidad, o bien si es que simplemente los narcotraficantes estarían buscando
nuevas rutas, en medio de la crisis y diasporización de los grupos más fuertes
en la región sur, así como, especialmente, por la miniguerra civil que se vive en
el estado de Michoacán.
Sin embargo no hay que descartar la otra posibilidad, la que
han esbozado con preocupación miembros del CECOP, que en realidad se trate de
una estratagema del gobierno federal, con un teatro armado para entrar sin
problemas a territorio comunal para impedir la anunciada formación de policías
comunitarias en esos poblados.
Mande
su opinión a zenon71@hotmail.com
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