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La rebelión de los locales de Guerrero

TRASFONDO


Julio Zenón Flores

En materia de comunicación política cuenta mucho el lenguaje no verbal. Todos sabemos que cuando un militante de un partido político, en especial aquellos que aspiran a un puesto de representación popular, en épocas electorales, es que quiere comunicar algo, no precisamente que le admiren su nada agraciada (por lo general, aunque eso está cambiando últimamente en que el físico  cuenta mucho, como ha  sido en los casos de la alcaldesa de León y ahora de la candidata a la gubernatura de Nuevo León) face. Algunas veces es justamente lo contrario de lo que se aprecia en la foto.
Así pasa con la foto de los cuatro aspirantes a la candidatura a gobernador del PRD, Beatriz Mojica Morga, Sofío Ramírez Hernández, Sebastián de la Rosa Peláez y Víctor Aguirre Alcaide (que nada tiene que ver con el gobernador con licencia también de apellido Aguirre) publicada este martes en la mayoría de los medios masivos de comunicación así como en redes sociales. Ellos se muestran sonriendo, felices, tomados de la mano, fuertes, unidos. Con la mirada puesta en el futuro.
En la realidad (y lo retrató en un momento un fotógrafo avezado) en esa conferencia de prensa de los cuatro aspirantes había ya mucha preocupación. Ningún motivo para estar felices.
Un poco antes de pasar al salón Palma Sola del hotel Playa Suites, donde se daría la conferencia de prensa, los cuatro se reunieron en el restaurante y hablaron largamente de un asunto del que se habían enterado ayer mismo y que les obligó a posponer unas horas la rueda de prensa: la dirigencias nacionales del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, reunidas por la mañana en el DF, habían ya determinado que no sería ninguno de esos cuatro el abanderado de la izquierda.
Lo que se había venido cocinando desde semanas atrás, con el planteamiento de Luis Walton de que si no era él el candidato de la izquierda a la gubernatura de Guerrero, no habría unidad, aún a costa de dejarle libre el camino al PRI, había cobrado fuerza una semana atrás y les llevó a iniciar conversaciones entre ellos e incluso a recurrir al poder de convocatoria del gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero. A algunos, que forman parte del equipo de la dirigencia nacional perredista, les llamaron y les dijeron directamente que tenían que declinar a favor del alcalde naranja, a otros se los mandaron decir. La respuesta fue un unánime no a los designios de la dirigencia nacional del sol azteca.
Así, el mensaje de la foto de los cuatro, en realidad no tiene destinatario en Guerrero, sino en la Ciudad de México. Se han unido para no dejar pasar la imposición. Falta ver que tanto resiste ese muro de los locales, ante los argumentos de los nacionales.
Los locales esperan, y para ello han hecho llegar abundante información a sus dirigentes nacionales, que valoren que el alcalde de Acapulco tiene demasiados negativos, que en Acapulco hizo un gobierno omiso, o más bien, no gobernó, se dedicó a vagar llorando la falta de recursos sin tramitar nada para dar soluciones y dejó al final del día una ciudad sumida como nunca en la crisis y que en caso de que lo impongan sería el candidato ideal para perder.

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